Tras visitar varias colecciones anatómicas en su viaje a París en 1854, el anatomista español Dr. Velasco escribió con gran entusiasmo:
“Echaba el sello á todo esto el Jardín de Plantas de Paris con su Menagerie y sus museos de anatomía comparada y de historia natural viva y muerta, con su para siempre célebre galería de mineralogía y sus sin par lecciones del inmortal Flourens.”[1]
Conocemos las colecciones de anatomía comparada que vio Velasco gracias a las maravillosas ilustraciones de un libro sobre el Muséum d’Histoire Naturelle publicado el mismo año en que tuvo lugar la visita del doctor.[2] En efecto, Muséum d’Histoire Naturelle es la denominación del conjunto de edificios – y de las galerías que éstos contienen – dispuestos alrededor del Jardin des Plantes.
Aprovechando mi visita a la colección Dupuytren, decidí seguir los pasos del Dr. Velasco y me dirigí al Museúm (ubicado a apenas 5 minutos de distancia).
Aquí podemos ver los edificios que habría visto Velasco.
Hoy los objetos de anatomía comparada se exhiben en un espectacular edificio de estilo art nouveau diseñado por el arquitecto Ferdinand Dutert (1845-1906).
Tan importante fue también la decoración escultórica y pictórica del edificio que en el acto de inauguración en 1898, el director del museo, Alphonse Milne-Edwards, declaró:
“El Arte ha prestado su apoyo a la Ciencia, y la Ciencia se lo agradece.”[3]
El edificio fue concebido para albergar tres colecciones dispuestas cada una de ellas en una “galería”: la creciente colección de anatomía comparada, la nueva colección de paleontología, y las piezas de antropología (que fueron trasladadas a otro edificio en los años 1930). Ubicado a la entrada al jardín, el edificio fue pensado para recibir a los visitantes de todo el conjunto, de ahí la inscripción “Muséum d’Histoire Naturelle” en la fachada.
La escultura en las Galerías de Paleontología y Anatomía Comparada
Hoy voy a centrarme en algunos de los encargos escultóricos que surgieron en relación a estas galerías.
En la fachada del edificio podemos ver el alto-relieve que el escultor André Allar (1845-1926) realizó para el tímpano, a invitación de su amigo Dutert.[4]
Se ha escrito poco sobre la temática de este tímpano, que me parece debe de tener un significado doble. Por un lado, fuentes periodísticas de la época indican que se trata de una representación alegórica de la Historia Natural con alusiones a los tres reinos de la naturaleza: animal, vegetal y mineral. Por el otro lado, la figura femenina central alude claramente a las tres colecciones agrupadas dentro del edificio. La mujer representaría la antropología; el ammonites que sujeta en la mano derecha, la paleontología; y el cráneo de morsa sobre el que apoya el codo, la anatomía comparada.[5]
Había varios ejemplares de ammonites y de esqueletos de morsa en la interior del edificio:
Un detalle curioso es que cuando el escultor creó versiones reducidas de la figura central para venderlas en el mercado debió de pensar que el cráneo de morsa no tendría mucho tirón en una casa burguesa y decidió sustituirlo por un libro.
Hubo también encargos a escultores especializados en temática científico-natural. Emmanuel Frémiet (1824-1910), escultor animalista y profesor de iconografía natural del Jardin des Plantes, realizó una escultura en mármol titulada Orangután y salvaje de Borneo (1885) para el vestíbulo de la galería.[6]
El escultor acudió a la representación del otro, un “primitivo,” para representar la lucha milenaria entre el hombre y el animal. Al mismo tiempo, invitaba los visitantes a comparar la anatomía y el comportamiento de los orangutanes y los humanos a un nivel emocional antes de entrar en la sala de anatomía comparada, donde podrían ver el esqueleto humano expuesto en la vitrina de los simios.
El detalle del pequeño caracol sirve para resaltar, a través de la comparación, los numerosos parecidos entre el representación del hombre y de los orangutanes.
Unos años más tarde se colocó delante del edificio un monumento en bronce que conmemoraba a Frémiet como escultor animalista-naturalista. Realizado por el escultor Henri Greber en torno a 1913, la obra representa a Frémiet esculpiendo otra de sus piezas animalistas del Jardin des Plantes. A sus pies el escultor tiene un enorme cráneo animal.
En la base del monumento hay además una representación a escala reducida del segundo encargo que hizo Frémiet para el edificio: un relieve para uno de los muros exteriores que representa un hombre que acaba de ganar su lucha contra unos osos.
Un tercer escultor exitoso, Louis-Ernest Barrias (1841-1905), realizó otro de los grandes relieves del exterior del edificio: Los nubios o La caza del caimán, una escena de lucha entre el hombre y el animal con evidente intención etnográfica. Pocos años después Barrias realizaría la famosa escultura La Naturaleza desvelandose ante la Ciencia (1899).
En el exterior del edificio se colocó una estatua en bronce del doctor Paul Richer, médico anatomista y escultor anatómico: El Primer Artista, de 1890.
Aquí el escultor enfrenta la relación humano-animal desde la perspectiva de la fascinación y la curiosidad del hombre hacía el mundo natural – en este caso, un elefante. La obra representa, ante todo, el momento simbólico en el que el hombre primitivo se diferenció de los animales, poniendo de relieve una característica exclusivamente humana: la creatividad artística.
Volviendo a la decoración del edificio en sí, podemos observar que está decorado con animales y plantas esculpidas por todas partes. Los iris en hierro forjado que adornan los balcones y balustradas, obra de M. C. Bonin, causaron por mérito propio una gran admiración durante la inauguración del edificio.
La escultura dentro de la Galería de Anatomía Comparada
Dejando el Orangután de Fremiet a la derecha del vestíbulo entramos directamente a la Galería de Anatomía Comparada, y nos encontramos cara a cara con el Écorché de Jean-Pancrace Chastel (1758).
La cartela explica que la pieza nace del vaciado de un cadáver (con algunos retoques) y que fue originalmente una escultura didáctica creada para la formación de artistas en la escuela de Bellas Artes de Aix-en-Provence. Su extraordinaria puesta en escena dentro de la galería de anatomía comparada nos hace reflexionar sobre hasta qué punto la colocación de las piezas dentro del museo construye su significado.
El hombre de Chastel lidera una especie de marcha triunfal de animales esqueléticos. El mensaje es el predominio del hombre, sea porque éste es el culmen de la evolución, o porque es la obra maestra de Dios. Martín Kemp describe la escena como “una verdadera arca de Noé.”[7]
Dispuestos entre los esqueletos de los animales hay también algunos vaciados del natural fundidos en bronce. Un ejemplo es esta ballena, vaciada por el escultor animalista Henri-Michel Jondet.
Modelos en yeso pintado conviven con huesos dentro de las vitrinas que cubren las paredes interiores de la sala. Un tal “Brunol” o “Brunot” parece ser el autor de la mayoría de éstos, que probablemente daten de la segunda mitad del S. XIX. A menudo se coloca el modelo junto al esqueleto para propiciar la comparación de la miología y la osteología del mismo animal.
También, y para terminar, hay algunos modelos en yeso en la pequeña colección de teratología humana – lo que en la época de Velasco se llamaría “monstruosidades.”
[1] Pedro González de Velasco, Reseña Histórica (Madrid: Manuel de Rojas, 1864), p.25. Marie Jean Pierre Flourens (1794-1867) fue catedrático de anatomía comparada del Jardin des Plantes/ Muséum d’Histoire Naturelle.[1] Kemp, p.87.
[2] Paul-Antoine Cap, ed. Le Muséum d’Histoire Naturelle (Paris: L. Curmer, 1854).
[3] Citado en Anick Abourachid, Sylvain Charbonnier y Gaël Clément. Galerie de Paleontologie et d’Anatomie Comparée (Paris: Muséum National d’Histoire Naturelle, 2018), p.18.
[4] Laurent Noet, Vie et Œuvre du Sculpteur André Allar: 1845-1926 (Paris: Mare & Martin, 2008), pp. 32-33; pp.173-174.
[5] Agradezco a nuestra compañera Begonya Torres su ayuda para identificar el cráneo.
[6] Sobre esta obra, véase Martin Kemp, “Frémiet’s frenzy,” Visualizations: The Nature Book of Art and Science. (Oxford: Oxford University Press, 2000), pp.86-87.
[7] Kemp, p.87.